¿LA PACIENCIA ES TU VIRTUD? PARTE II
- Norha Eugenia Guazá
- 2 oct 2019
- 3 Min. de lectura
Continuaremos con nuestro tema sobre la paciencia, parte II, el cual comenzamos la semana pasada y estaremos conociendo sus características y algunas reflexiones para que las puedas adicionar a tus nuevos hábitos para el control de tus emociones y el bienestar de las personas que te rodean.
Entonces vamos a conocer sus principales características:
La paciencia te enseña a saber esperar, a hablar de manera adecuada en cada momento y a callar cuando es conveniente, así como a evitar roces, silenciar los dolores ajenos y los propios, porque las lamentaciones y penas nublan tu día, entristecen tu corazón y descontrolan tu paz.
La paciencia nace espontáneamente cuando padre, tu madre, empiezas a educar a tus hijos e hijas en las virtudes y valores humanos y a enseñarles a andar, a vestir, a hablar, a comer, a convivir etc.
La paciencia debe ser uno de los principales soportes de tu relación matrimonial, para que, junto con la tolerancia, la prudencia, se cree una buena convivencia de reflexión, para convivir mejor en armonía, así evitarás tomar malas decisiones transcendentales e irreversibles.
La paciencia es un integrante importantísimo en tus relaciones interpersonales, con tu pareja, tus hijos, tu padre y madre, tus amigos, compañeros de trabajo etc. Especialmente, los hijos son tu fuente inagotable de ocasiones, para ejercitar tu paciencia e irles modelando, para su beneficio futuro.
La paciencia no te conlleva a esperar indefinidamente, ni pasar por alto situaciones insoportables. Debes alcanzar un equilibrio entre tu paciencia, tu tolerancia, tu justicia y tus segundas oportunidades que te brinda la vida.
La paciencia si la fomentas y usas bien, te ayudará a la adquisición de otras virtudes importantes para tu vida cotidiana, a la obtención de tus objetivos programados, a formar tu integridad, a sobrellevar tu tristeza y tus sufrimientos físicos o mentales, a templar tu carácter, a soportar tus infortunios y sufrimientos ligeros o pesados y hacerte más tolerante, generosa, diligente y dispuesta con las demás personas.
La paciencia da equilibrio y vigor a tu personalidad, te hace más tolerante, comprensiva y fuerte para soportar los contratiempos con mucha más fuerza y sin lamentaciones.
La paciencia te lleva a repetir y repetir; a volver a empezar tantas veces como sea necesario, insistiendo hasta conseguir tus objetivos.
La paciencia es darle una oportunidad al tiempo, es tu sosiego que neutraliza tu ansiedad y tu desesperación, infundiéndote fortaleza para soportar con resignación el sufrimiento.
La paciencia te permite ver con claridad el origen de tus problemas y la mejor manera de solucionarlos, evitándote caer en la desesperación por la prisa, sin previamente haber escuchado o razonado antes de actuar.
La paciencia no es tu pasividad ante el sufrimiento, es tener la fortaleza para aceptar con serenidad el dolor, las pruebas que la vida pone en tu camino para fomentar tu fortaleza.
La paciencia es tu rasgo de personalidad madura. Cuando tienes paciencia aprendes a esperar con calma, a que las cosas que no dependen estrictamente de ti, hay que darles tiempo y sucederán cuando tengan que suceder, especialmente las que son contrarias, como la enfermedad, los infortunios económicos, el clima, los olvidos, las pérdidas irreparables, los trancones del tráfico etc.
La paciencia te permite desarrollar la sensibilidad para identificar el origen, las soluciones a los problemas, a las contrariedades, a las alegrías, los triunfos y fracasos de cada día, así como que puedas afrontar la vida de una manera optimista, tranquila, armónica y feliz.
La paciencia es tu virtud humana que, sin lamentaciones, te hace tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las adversidades con fortaleza, moderando tus palabras y tu conducta, para que puedas actuar de manera acorde a cada situación, no hiriendo los sentimientos de las otras personas y sin demostrar indiferencia o insensibilidad.
Mi linda mujer…Te dejo con varias características sobre la paciencia, con las cuales podrás comenzar a evaluar tu grado de paciencia y reflexionar si es necesario realizar cambios en tu vida para fortalecerla o modificarla para el bienestar y control de tus emociones.
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